Tratamiento de la galactosemia clásica
Conviene instaurar el tratamiento lo más rápidamente posible para evitar el daño hepático, renal, ocular y neurológico. Este se basa en evitar que se acumule la galactosa, restringiéndola en la alimentación del niño.
La dieta del niño con galactosemia se basará en la restricción de leche y sus derivados (deben sustituirse por una fórmula exenta en lactosa). Además, debido a que la galactosa está presente en otros alimentos de forma libre o ligada, se restringirán también: vísceras y algunas verduras, frutas, frutos secos y legumbres durante la primera infancia.
Como apunte informativo, recomendamos la consulta de la Pauta de alimentación para las galactosemias.
La liberación progresiva de determinados alimentos siempre será indicada por el médico de nutrición del niño.
Hay que tener en cuenta la posible presencia de lactosa como excipiente de muchos medicamentos y alimentos.
La galactosemia es una enfermedad hereditaria que, no tratada, puede conllevar graves consecuencias.
Sin embargo, el diagnóstico y tratamiento precoces pueden evitar o minimizar dichas consecuencias, mejorando considerablemente su pronóstico y la calidad de vida de los niños afectos.