Cuando se vacuna a un paciente, en realidad, se le está administrando un microorganismo atenuado, una parte de un microorganismo, o un producto derivado del microorganismo, según el tipo de vacuna. Son las vacunas con microorganismos vivos atenuados, vacunas con microorganismos inactivados, vacunas polisacarídicas, vacunas proteicas purificadas y vacunas conjugadas (proteína+ polisacárido).
Lo que buscan las vacunas es una respuesta del sistema inmune que nos proteja de la enfermedad en caso de que posteriormente el paciente contacte con ella. Esto se basa en la “memoria” que posee el sistema inmune. Por ejemplo, si vacunamos a un niño con la vacuna del sarampión, cuando el niño contacte con el sarampión ya tendrá anticuerpos creados y creará rápidamente más por la respuesta de memoria del sistema inmune. Esto disminuye enormemente la posibilidad de que se infecte.
Cuando se activa el sistema inmune se ponen en marcha mecanismos de células blancas y de creación de anticuerpos, similares a los de la infección/inflamación. Por esto muchos niños pueden presentan fiebre o cierto malestar después de administrar las vacunas.
En el caso de los pacientes metabólicos, la activación del sistema inmune se puede decir que supone una situación de cierto estrés, de ahí que en este grupo de pacientes se haya de vigilar estrechamente el periodo posterior a la administración de las vacunas. No obstante, en la gran mayoría de enfermedades metabólicas el beneficio es mayor que el riesgo. Ya que la infección de la que se previene podría resultar mucho más peligrosa en cuanto a descompensación.
En concreto, las vacunas con mayor incidencia de complicaciones, no sólo para pacientes metabólicos, sino para todos los niños, son las vacunas de virus vivos atenuados. En estos casos, además de activarse la respuesta del sistema inmune, el microorganismo puede reproducir una infección leve. Le siguen en incidencia de complicaciones las vacunas de microorganismos inactivados/muertos.
En cualquier caso estas vacunas son las menos en actualidad y la tendencia es a que se sustituyan por otras de los otros tipos citados (es lo que ha pasado en España con la antigua vacuna de la Poliomielitis y la de la Tos Ferina, que han sido sustituidas).
Las vacunas con microorganismos vivos atenuados tienen algunas ventajas en pacientes de países donde la cobertura vacunal es muy baja (no es el caso, por ejemplo de España, donde la cobertura vacunas de los niños supera el 95%).
Calculamos que en la actualidad, en España, hay unos 130 pacientes con Aciduria Glutárica.
En cuanto a la respuesta a la pregunta sobre la restricción proteica, nuestra dietista está preparando un comentario.
Saludos.
Dra. M Serrano
Neuropediatra. CIBERER. Unidad de Enfermedades Metabólicas
Hospital Sant Joan de Déu.