Los dos hermanos y las pipas de calabaza
Hace muchos años, vivían en Corea dos hermanos: Chang, tan tacaño que era incapaz de compartir ni un pedazo de su comida, y Kim, siempre amable y servicial.
Un día, los hermanos vieron una pequeña golondrina que había caído del nido y se había roto una pata. Kim enseguida cogió y le hizo un torniquete para que se le curara.
Chang exclamó: "¡Qué tonto! ¡Mira que hacerle un torniquete a un pájaro!" Kim cogió la golondrina, se la llevó a casa y cuando se le curó la pata la soltó.
Pocos días después, la golondrina volvió y tiró una pipa de calabaza a los pies de Kim. Kim plantó la semilla en un rincón de sus tierras y cada día la regaba y limpiaba las malas hierbas. Muy pronto empezó a crecer una planta con una calabaza debajo de las hojas.
Cuando llegó la época de la cosecha, la calabaza se había hecho tan grande que Kim pensó que era demasiado pesada para moverla y que sería mejor partirla y dar un trozo a cada familia del pueblo. Pero cuando Kim abrió la calabaza, empezaron a salir monedas de oro. Así pues, Kim compartió la calabaza y las monedas de oro con toda la gente del pueblo.
Cuando Chang vio qué había pasado, decidió que a él también le gustaría tener tan buena suerte. Buscó una golondrina pequeña y, cruelmente, le partió la patita. Le hizo un torniquete y cuando la pata ya estaba curada, la soltó.
Pocos días después, la golondrina volvió con una semilla de calabaza en el pico. Chang se la quitó y se apresuró a plantarla. Enseguida comenzó a crecer una planta. Pero, cuando Chang ya estaba preparado para coger la calabaza, pensó: "No seré tan tonto como mi hermano. No repartiré ni la calabaza ni su oro."
Cortó la calabaza y entonces empezaron a salir arañas y serpientes que le subieron por todo el cuerpo y al mismo tiempo la planta comenzó a crecer hacia el cielo. Chang se subió por la planta para escapar de las arañas y las serpientes, pero cuando llegó al cielo la planta se secó.
Si alguna vez miráis al cielo y veis una nube con forma de niño sabréis que se trata de Chang, porque todavía no ha aprendido que ser amable con los demás puede reportar riquezas.
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