Galactosemia y sistema nervioso: nuevos conocimientos
El sistema nervioso se halla afecto con relativa frecuencia en la galactosemia. Los síntomas neurológicos no sólo tienen unas características especiales y comunes en la mayoría de los pacientes, sino que además varían en función de la edad.
Síntomas neurológicos
1) En los recién nacidos, la ausencia de tratamiento dietético puede dar lugar a un aumento del contenido de “agua” cerebral, lo que conocemos médicamente como edema. Éste a su vez puede producir un aumento de presión y la posibilidad de lesiones permanentes si el tratamiento no se realiza con la precocidad necesaria.
2) En la primera infancia, en un niño tratado correctamente, el desarrollo psicomotor transcurre con bastante normalidad
3) Posteriormente, en la edad escolar, es relativamente frecuente que aparezcan trastornos de aprendizaje y dificultades en el lenguaje (lo que se ha denominado “dispraxia verbal”)
Por otra parte, la sustancia blanca (estructura que envuelve las fibras nerviosas y facilita la conducción y transmisión de impulsos) puede verse afectada en forma de edema o retención de agua. El cerebelo, encargado de la coordinación de los movimientos entre otras funciones, también es especialmente vulnerable, por lo cual los pacientes pueden presentar problemas de equilibrio y temblor.
¿Por qué se producen estos síntomas?
A pesar de que la galactosemia se conoce bien a nivel clínico, genético y bioquímico, desde hace décadas, aún no se tiene claro qué produce estas anomalías en el sistema nervioso. Hasta ahora se han propuesto diversas hipótesis al respecto:
1) Acúmulo de sustancias potencialmente “tóxicas”: galactosa, galactosa-1-fosfato, galactitol, galactonato.
2) Anomalías en la incorporación de grupos de azúcares y lípidos a las proteínas. Muchas proteínas necesitan “accesorios” en forma de moléculas de azúcares o grasas para funcionar. Una anormal glicosilación (falta de galacto-proteínas por déficit de UDP-galactosa), puede hacer que diversas células no funcionen correctamente.
3) Toxicidad prenatal: se han determinado niveles altos de galactosa, galactosa-1-fosfato y galactitol en el cordón umbilical de fetos con galactosemia a la edad de tres meses. Se cree que estos metabolitos podrían tener un efecto negativo incluso antes del nacimiento.
Cuando se han diseñado en el laboratorio ratones que carecen del gen GALT (de la galactosemia) y que, por tanto, padecen un aumento de galactosa y otros metabolitos aparentemente tóxicos, estos ratones no han presentado ninguno de los síntomas que refieren los pacientes y, además, los ratones hembras eran perfectamente fértiles. Por ello se intentan encontrar nuevas hipótesis.
Aportaciones recientes: evolución clínica a largo plazo
Existen complicaciones a pesar de realizar una dieta óptima. En realidad, a pesar de un cumplimiento estricto de ésta se ha estimado que un adulto de 50 kg de peso, produce hasta 2 gramos de galactosa al día debido a su metabolismo interno.
Un trabajo reciente (Hughes et al, 2009) explica la evolución a largo plazo de pacientes que pertenecen a 14 familias irlandesas (30 pacientes en total). En realidad pretende observar la influencia de la dieta en la evolución de la galactosemia ya que, aunque entre hermanos van a tener las mismas mutaciones, no siempre han empezado ni siguen de igual modo la dieta.
Así como el tratamiento en el período neonatal y el cumplimiento durante los primeros años de vida sí parece estar relacionado con el pronóstico, el seguimiento estricto de la dieta a largo plazo no parece garantizar una mejor evolución. Este es en la actualidad un tema controvertido, en el cual los expertos aún no han prescrito recomendaciones o guías de tratamiento consensuadas e internacionales.
Los trastornos de aprendizaje y conducta relacionados con la galactosemia pueden mejorar si se evalúan y orientan correctamente. Es recomendable que los pacientes realicen controles periódicos por neuropsicólogos expertos. La definición del trastorno de aprendizaje en cada paciente, puede ayudar a proporcionar pautas de adaptación y enfoque personalizado de la educación a nivel escolar. Por otra parte, algunos fármacos moduladores de la conducta pueden tener también un papel importante en la mejoría global, no sólo del comportamiento sino también del rendimiento en el colegio.
Dra. Àngels Garcia - Carzola Servicio de Neuropediatría del Hospital Sant Joan de Déu, Esplugues de Llobregat (Barcelona).
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