Avances en el diagnóstico, seguimiento y control del tratamiento de pacientes con errores congénitos del metabolismo
Durante la pasada década, se ha vivido un progreso muy notable en la biotecnología que ha permitido un estudio más profundo de las enfermedades raras, entre las que se incluyen los errores congénitos del metabolismo.
Uno de los propósitos de la Unidad de Enfermedades Metabólicas del Hospital Sant Joan de Déu es la innovación en estos métodos de estudio de las enfermedades metabólicas de base genética. Esta es la mejor forma de progresar en los dos ámbitos fundamentales que repercutirán de forma beneficiosa en la salud de los pacientes: el diagnóstico y el seguimiento de los pacientes.
Diagnóstico
Durante los últimos años, hemos incorporado tanto en los servicios clínicos como en el laboratorio diferentes tecnologías que han permitido aumentar el número de diagnósticos de enfermedades metabólicas, y por tanto mejorar nuestro conocimiento en este campo.
Uno de los progresos más relevantes que está viviendo la medicina se encuentra en el área de la neuroimagen, ya que varios de estos procedimientos permiten hoy en día medir la cantidad de metabolitos en el cerebro de los pacientes de forma directa, o detectar lesiones que antes pasaban desapercibidas. Estas herramientas están resultando muy útiles en el diagnóstico de enfermedades como las citopatías mitocondriales, los defectos de creatina cerebral, o los defectos de los neurotransmisores, entre otras.
Respecto al laboratorio, hemos puesto a punto varios métodos que nos han permitido abordar nuevos retos diagnósticos, como son los defectos de los neurotransmisores, pterinas y folato en el líquido cefalorraquídeo, o los defectos de creatina cerebral. Recientemente, hemos incorporado dos nuevos aparatos (electroforesis capilar y cromatografía de gases-espectrometría de masas), con los que hemos mejorado sustancialmente el diagnóstico de enfermedades como los defectos congénitos de la glicosilación y las acidemias orgánicas (incluyendo defectos del catabolismo de aminoácidos ramificados, acidurias glutáricas, defectos de la beta-oxidación de ácidos grasos y acidurias metilmalónicas con o sin homocistinuria). Por último, hemos incorporado además procedimientos de diagnóstico genético para enfermedades como la fenilcetonuria y los defectos de los neurotransmisores.
Para los próximos años, nuestro propósito es continuar innovando en métodos de estudio de las enfermedades y en la formación de nuestro personal, lo que nos permitirá mejorar nuestro rendimiento diagnóstico en este complejo campo de la medicina. El fin último de todas estas acciones está encaminado a reducir al máximo el número de pacientes que aún no tienen diagnóstico.
Seguimiento y control del tratamiento
En esta segunda parte de nuestra actividad investigadora y de innovación, hemos tratado de progresar de forma paralela a la del área de diagnóstico, y de hecho, parte de los métodos de análisis empleados para el diagnóstico e utilizan además para el seguimiento de los pacientes. Por un lado, se han investigado en nuevas terapias farmacológicas por medio del desarrollo de ensayos clínicos financiados por el Ministerio de sanidad. Este ha sido el caso del estudio de la terapia con docosahexanoico y tetrahidrobiopterina en pacientes con fenilcetonuria; el tratamiento con ácido folínico o coenzima Q10 en pacientes con citopatías mitocondriales y deficiencias de folato o coenzima Q10 respectivamente; y con idebenona en pacientes con ataxia de Friedreich. También se han aplicado otros tratamientos en pacientes con enfermedades de moléculas complejas, como son las lisosomales y algunas peroxisomales.
Por otro lado, se han desarrollado programas de seguimiento para grupos de pacientes con diferentes enfermedades metabólicas. Los más desarrollados como es lógico son los protocolos de seguimiento de enfermedades metabólicas con tratamiento dietético, bien con restricción de proteínas (fenilcetonuria, defectos del ciclo de la urea y otros defectos del metabolismo de los aminoácidos y acidemias orgánicas), carbohidratos (galactosemia y fructosemia), y de las grasas (defectos de la ß-oxidación de los ácidos grasos). En este sentido, hemos incorporado a nuestros protocolos clásicos de seguimiento, nuevos procedimientos de análisis, como la determinación de electos traza y metales por espectrometría de masas acoplada a fuente de plasma, o la de ácidos grasos poliinsaturados por cromatografía de gases. Todos estos procedimientos los estamos también comenzando a aplicar en pacientes con enfermedades metabólicas que no portan tratamiento dietético, con el fin de estudiar su estado nutricional, que es esencial en el ámbito pediátrico. Entre estas enfermedades e incluyen las citopatías mitocondriales, las enfermedades lisosomales, los defectos del transporte de glucosa y otras enfermedades neurometabólicas.
Por tanto, también en el seguimiento de los pacientes nuestro propósito es continuar investigando para adaptar protocolos de seguimiento a cada una de las enfermedades según sus mecanismos de patogenia y tratamiento farmacológico. Esta individualización del seguimiento requiere un gran esfuerzo, y para llegar a ella es fundamental la investigación.
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